Dios no se ha olvidado de usted.  Él tiene un plan y un propósito que es mayor que cualquiera de las circunstancias temporales que puedan estarle afectando.  La palabra sobre su vida es verdad y Él será fiel para completarla.   Debemos afirmarnos sobre la bondad y fidelidad de Dios y continuar declarando Su palabra sobre nuestras vidas.  En 2 Crónicas 6:17, la oración de Salomón, ´Ahora, pues, oh Jehová Dios de Israel, cúmplase tu palabra que dijiste a tu siervo David.´

Salomón  conocía la palabra que Dios había hablado sobre su padre, David, y esa palabra llevaba las promesas para su propia vida.  Ahora Salomón clamaba al Señor para que permitiera que esa palabra se hiciera realidad y que él pudiera ver que se cumpliera.

Nosotros también debemos de orar fervientemente para que los propósitos de Dios se realicen en nuestras vidas.  No debemos quedarnos de brazos cruzados, esperando para ver qué sucede a nuestro alrededor.  Dios nos invita que seamos socios de Él para ver que Su Palabra se cumpla.  “Vénganos Tu reino.  Hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo.”

En medio de todos los desafíos que enfrentamos, la fidelidad de Dios y Su bondad están siempre presentes.  Pero es importante que no permitamos que nuestro enfoque sea hacia nuestras circunstancias, lo cual puede llevarnos a dudar de la palabra de Dios para nuestras vidas.  Cuando nos detenemos  a reflexionar sobre los hitos de nuestro pasado y lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, vemos Su fidelidad y Su palabra que permanecen firmes.

La naturaleza de Dios es inmutable.  Él es fiel a Su Palabra.  Él no se ha olvidado de usted ni de Sus promesas para su vida.  ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, Tus pensamientos – siempre! (Salmo 139:17-18).