“Somebody Cares (Alguien Se Interesa), llame 24 horas al día.” Ese único renglón en una sencilla tarjeta de presentación fundó un ministerio que ahora cumple 30 años—y es internacional.
Doug Stringer y sus amigos una vez distribuyeron tarjetas de presentación en las calles de Houston para ministrar a los perdidos. Él tenía la idea, una epifanía, como él la llama, después de una oración que se oyó algo así: “Dios, si puedes hacer algo con alguien como yo que tiene un corazón quebrantado, y ha traído vergüenza a Tu nombre, yo me haré disponible para Ti.”

Dios escuchó. Dios contestó. Y Dios comenzó a hacer una obra en el corazón de Stringer que voltearía su mundo al revés y serviría como el humilde comienzo de una red de capítulos que llegan a través de los Estados Unidos y alrededor del mundo. La misión de Somebody Cares es hacer saber a la gente que alguien se interesa por ellos. La organización moviliza a los cristianos al evangelismo, para así transformar comunidades.
Comencé con 17 muchachos de la calle viviendo en mi apartamento,” recuerda Stringer. “Después, un hombre de negocios me regaló un apartamento donde yo podía dar una clase de ejercicios y un estudio bíblico una vez por semana. Después, otras personas de negocios me regalaron una casa de tres recámaras en los suburbios. Yo seguía metiendo más muchachos. Así empezamos.”

La historia de Stringer es una de simple obediencia que ha continuado un paso a la vez por más de tres décadas. Él es pronto en señalar que la primera vez que la adoración es mencionada en la Escritura, no es en el contexto de instrumentos y cantos—sino de obediencia. Cómo él lo ve, la obediencia es la forma más elevada de adoración.
“El Dr. Robert Clinton de Fuller Theological Seminary escribió que el 70 por ciento de todos los líderes cristianos no terminan la carrera bien. Por lo tanto, cuando a Campbell McAlpine se le preguntó cómo lo había logrado a la edad de 90 años, él dijo, “Es una palabra en inglés de nueve letras: obedience (obediencia). La cuarta, quinta y sexta letra deletrean la palabra “die” (morir). La parte de en medio de la palabra obediencia es aprender a morir a uno mismo cada día, “dice Stringer. “Yo pensé que eso era asombroso y es así como intento vivir mi vida—disponible todos los días y aprendiendo a caminar en simple obediencia cada día, y Dios ha podido hacer cosas increíbles.”
Con Somebody Cares, Stringer introdujo el concepto de líderes trabajando juntos para “co-pastorear la ciudad,” y las iglesias se unen para iniciativas de oración estratégica, presentaciones dramáticas, distribución de Nuevos Testamentos, campamentos para jóvenes en barrios marginados, distribución de comida y más.

Somebody Cares tal vez brilló más tras los desastres naturales. La organización fue clave en los esfuerzos de ayuda del Huracán Katrina, facilitando la distribución de alrededor de $30 millones de dólares en regalos en especie y donativos, así como en el terremoto y tsunami en Japón.
¿Qué sigue para Stringer y Somebody Cares?

Cómo él ve las cosas, los primeros 30 años fueron una preparación para donde él irá con el Señor después.
“Llevaremos todos nuestros programas de ayuda para víctimas de desastres en ascenso, al formular lo que llamamos Global Compassion Response Network (Red de Respuesta de Compasión Global),” dice Stringer. “Con la escalada de las crisis humanas y desastres naturales alrededor del mundo, la Iglesia necesita ser estratégica y un arca de refugio en tiempos de necesidad.”

Sacado del artículo de Charisma News publicado el 24 de Octubre de 2011 www.charismamag.com

Traducido por Elsa A. de Huerta