Al llegar a un nuevo punto crucial en mi vida, pienso en muchas cosas. Pienso en el ayer y los años que han pasado. Pienso en el mañana que vendrá y cómo aportaré en las vidas de algunos

más adelante. O, cómo me duele el corazón por las multitudes que han naufragado en los mares de la desesperación y que necesitan saber que a alguien le interesan. Ayúdame, Señor, para poder hacer la diferencia a pesar de mi debilidad humana. ¿De qué sirve vivir esta vida sin un propósito, sin una causa mayor que nosotros mismos a la luz de la eternidad? O, si yo pudiera ser un mejor mayordomo del tiempo que me es asignado en esta vida. La Biblia lo dice bien, “La vida es como el vapor”.

¿Qué les dejaremos a la siguiente generación de nosotros mismos? ¿Qué dirán nuestras vidas en las páginas de la historia? Se dice que solamente tenemos una vida para dar y después se termina. ¿De qué sirve si sólo la vivimos para nosotros mismos?